El presidente cubano Miguel Díaz-Canel está teniendo la oportunidad de interactuar con sus homólogos caribeños y nosotros en la región también estamos teniendo la oportunidad de conocer al líder cubano que ha sido una figura relativamente desconocida.
Díaz-Canel ha iniciado una gira regional que lo ha llevado por el Caribe Oriental con una parada muy publicitada y de alto perfil en Barbados, mientras celebramos 50 años de relaciones diplomáticas con el estado caribeño más grande.
Después de tantas décadas de asociar a Cuba con el nombre de Castro, tenía sentido que el líder cubano relativamente nuevo conociera a algunos de sus aliados más fuertes.
A principios de este año, el primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Dr. Ralph Gonsalves, invirtió mucho capital político en un intento fallido de que los Estados Unidos de América cambiaran su posición para prohibir que Cuba, Venezuela y Nicaragua asistieran a la Cumbre de las Américas en Los Ángeles.
“No se puede tener una cumbre de las Américas solo con algunas personas, hay que incluir a todos”, dijo Gonsalves en el Cara a cara programa de radio, y agregó que planeaba boicotear el evento organizado por el presidente Joe Biden si los países no eran invitados.
La historia de Cuba y sus relaciones con el mundo occidental ha sido complicada. Por un lado, la mayoría de las democracias y los líderes democráticos han expresado su preferencia por una Cuba en la que sus 11 millones de ciudadanos puedan desarrollar todo su potencial y disfrutar de las libertades que nosotros en Barbados, por ejemplo, damos por sentado.
Deseamos lo mejor del sistema socialista de Cuba, con la thought de equidad, que se valore el aporte de cada persona a la sociedad, que la riqueza del país se reparta entre toda su gente. Además, que toda su gente debe estar bien educada y sus necesidades de atención médica deben ser atendidas.
También nos ha maravillado el ingenio, la innovación, la determinación y la resiliencia del pueblo cubano que ha sufrido durante mucho tiempo bajo el peso aplastante del embargo económico impuesto por los Estados Unidos.
Al mismo tiempo, no idealizaremos cómo es la vida en la isla para los ciudadanos cubanos comunes. Sabemos que ha habido preocupaciones sobre el trato a los cubanos negros, por ejemplo.
Muchos han tomado nota del hecho de que el liderazgo de Cuba en gran medida no ha presentado a los cubanos negros de una manera que represente su composición en la población cubana.
Esto puede parecer contradictorio, dada la bien documentada contribución de Cuba a la lucha por la libertad de algunas naciones africanas y su postura contra el racismo.
Existe una aceptación de que el embargo estadounidense de 60 años ha hecho poco para lograr un cambio político en Cuba. Solo ha aumentado el sufrimiento del pueblo cubano.
El embargo ha sido un fracaso abyecto. Los países simplemente no ven a Cuba como un enemigo o una nación a la que temer. De hecho, mientras EE.UU. ha apretado las tuercas a Cuba, la nación insular ha desatado su ofensiva de encanto.
Cuba ha puesto su tan cacareado aparato de atención médica a disposición de muchas naciones caribeñas agradecidas durante la pandemia de COVID-19. De hecho, en las primeras etapas de la pandemia, cuando el miedo estaba en su apogeo, los médicos cubanos viajaban por el mundo en programas humanitarios.
Como resultado, la mayoría de los países occidentales son simpatizantes de Cuba, aunque también quieren mantener la buena voluntad estadounidense.
En su etapa de la misión en Barbados, Díaz-Canel se ha comprometido a trabajar con nuestro gobierno en la lucha por la seguridad alimentaria. Durante la cumbre de la Comunidad del Caribe en el Centro Lloyd Erskine Sandiford, el líder cubano ofreció la destreza científica de su país para ayudar en la producción de alimentos.
“También tenemos una serie de tecnologías que hemos desarrollado sobre la base de instalaciones científicas, y hemos implementado la ciencia y la tecnología con el fin de producir alimentos. En un momento en que se han recrudecido los bloqueos de EE.UU. que nos impiden acceder a financiamiento para importar los insumos que requiere la agricultura, estamos apoyándonos en cosas como los bioproductos y otros productos orgánicos que nos dan los rendimientos que deseamos”, dijo Díaz- Canel esbozó.
Hay mucho que la región puede aprender de Cuba. Al mismo tiempo, como amigos de Cuba y del pueblo cubano, la región también tiene la obligación de utilizar esas relaciones para influir positivamente en la nación para hacer más por los derechos humanos y las libertades en la isla.
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