Cuba ha llamado a la comunidad internacional a hacer más para hacer frente a la situación política, social y económica en Haití, donde las fuerzas de la oposición y bandas criminales buscan destituir al gobierno del Primer Ministro Dr. Ariel Henry.
Dirigiéndose a la octava Comunidad del Caribe (CARICOM)-Cuba cumbre de este martes, el presidente cubano Miguel Díaz-Canel, dijo como tantas veces a lo largo de la historia, Haití atraviesa “una situación particularmente compleja.
“En nombre de Cuba, que está a favor de la estabilidad y la paz en Haití, y que defiende los derechos de su pueblo a encontrar una solución pacífica por la vía del diálogo a sus enormes desafíos, expresamos hoy aquí la disposición de continuar brindando una ayuda mano a nuestra hermana nación”.
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“Por eso, buscamos mejorar la calidad de la solidaridad internacional con Haití basada en el pleno respeto a la soberanía y la determinación última de ese país, especialmente en la situación precise que está marcada por tantos desafíos difíciles”
El presidente cubano dijo que La Habana “insta a otros actores regionales e internacionales a ayudar a buscar soluciones y proyectos concretos para brindar recursos y tecnologías que puedan ser una ayuda sustancial para Haití”.
A principios de este año, CARICOM emitió un comunicado en el que dijo que “está gravemente preocupado por el continuo deterioro de la situación de seguridad y las circunstancias sociales” en el país miembro.
Dijo que se está intensificando la continua ruptura de la ley y el orden, y su angustioso efecto en el pueblo de Haití.
“La tensa situación se ve exacerbada por la incapacidad de las fuerzas de seguridad haitianas para abordar la violencia en curso. Los disturbios están teniendo un impacto negativo en la ya débil economía, lo que lleva a más manifestaciones masivas. Especialmente el empeoramiento de las condiciones sociales y la disponibilidad limitada de alimentos requieren atención urgente e inmediata por parte de la comunidad internacional”.
CARICOM dijo que sigue disponible para ayudar y trabajar con socios internacionales para movilizar recursos financieros y técnicos para facilitar un proceso hacia la normalización y, en última instancia, la celebración de elecciones generales libres, justas y creíbles.
La situación política y socioeconómica en Haití se ha intensificado tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio del año pasado. Los partidos de oposición han estado organizando manifestaciones callejeras pidiendo la destitución del primer ministro Henry, mientras que las bandas rivales se han involucrado en actividades delictivas que van desde el secuestro hasta el asesinato.
También exigen que se celebren nuevas elecciones presidenciales y legislativas.
Estados Unidos y Canadá han impuesto en los últimos meses sanciones a varios políticos haitianos acusándolos de utilizar sus cargos o posiciones en la sociedad para fomentar aún más las actividades delictivas en el país caribeño.
CMC/