La explosión de bombas en el Lodge Capri y el Lodge Nacional de Cuba, ambos en el barrio El Vedado, causaron cuantiosos daños materiales y pérdidas de vidas humanas, durante una serie de actos terroristas que se prolongaron hasta septiembre de ese año.
Entre las víctimas de estos hechos se encontraba el turista italiano Fabio di Celmo, quien murió en una explosión en el foyer del Lodge Copacabana el 4 de septiembre de 1997, cuando tenía 32 años.
Las investigaciones de las autoridades cubanas llevaron a la detención de los autores de esos hechos y revelaron que la Fundación Nacional Cubano-Americana y el connotado terrorista Luis Posada Carriles fueron los responsables de esos ataques.
El objetivo de estas acciones fue golpear al sector turístico cubano, que es una de las principales fuentes de ingreso de divisas para el país.
Ese propósito se mantiene actualmente a través de medidas más veladas como la prohibición de viajes a Cuba de las empresas de cruceros y de los ciudadanos estadounidenses, la persecución a los proveedores y al sector bancario, y una campaña de difamación internacional sobre la isla como destino.
En mayo de 2000, el Tribunal Provincial del Pueblo de La Habana se pronunció sobre la Demanda del pueblo cubano al Gobierno de Estados Unidos por daños y perjuicios, que calculó las indemnizaciones a los cubanos en 181 mil millones de dólares.
A consecuencia de lo cual han muerto 3.478 cubanos y otras 2.099 personas quedaron mutiladas de por vida.
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