
HAVANA TIMES – ¿Cuáles son los desafíos, oportunidades y tendencias hoy en América Latina en materia de libertad de expresión? La Alianza Regional por la Libertad de Expresión e Información (Alianza) es una crimson internacional que reúne a 18 organizaciones de diferentes países que estudian y promueven la libertad de expresión y el acceso a la información pública. Alianza trata de explicarlo en su informe periódico sobre la situación de este derecho en América Latina.
los reporte, inspirado en el artículo 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, fue coordinado este año por uno de los miembros argentinos de Alianza: la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ). El documento ofrece una actualización sobre la situación precise de América Latina en materia de libertad de expresión y en línea y la censura en el espacio digital.
Según los hallazgos del informe, las principales amenazas a la libertad de expresión en el continente incluyen fenómenos vinculados a la vigilancia masiva de ciudadanos en línea por parte de los gobiernos que utilizan tecnología de comunicaciones, seguridad y management. Al mismo tiempo, la falta de información y el discurso de odio o el acceso restringido a los contenidos de las plataformas digitales son generalizados.
La investigación advierte que se han identificado diferentes prácticas de vigilancia masiva en los últimos años, por parte de los gobiernos de la región. Las prácticas particulares destacadas en el informe son la interferencia con computadoras personales, la piratería de teléfonos móviles, la extracción y explotación de datos de grandes plataformas digitales, la ingeniería social y el software program de reconocimiento facial para vigilancia.
Además, el informe identifica algunas prácticas específicas utilizadas para censurar o limitar el discurso en el espacio público. Así, se monitorean publicaciones en redes sociales o medios digitales, las cuales son criminalizadas como una forma de censura, ya que los Estados no pueden manipular directamente estas plataformas en Web.
¿CÓMO FUNCIONA LA VIGILANCIA DEL ESTADO EN LÍNEA?
El informe también destaca cómo las tecnologías de vigilancia masiva se utilizan normalmente en países de la región con gobiernos autoritarios, como instrumentos de represión contra la disidencia. Algunas formas de censura que se derivan de la vigilancia funcionan indirectamente asustando a los ciudadanos, con la criminalización o denuncias civiles sobre los comentarios realizados en las redes sociales.
En este sentido, se han identificado procesos penales o civiles contra personas o grupos como consecuencia de las prácticas de vigilancia masiva en Cuba y otros países de la región (Argentina, Nicaragua, Venezuela, Honduras y Guatemala).
En el caso de Cuba, polémica Decreto-Ley 370 sobre la “informatización de la sociedad cubana” –vigente desde 2019– ha impulsado la persecución penal con amplias consecuencias para imponer una multa a las publicaciones en Web que impliquen “i) la difusión de información, a través de redes públicas de intercambio de datos, que va en contra del interés social, la ethical y la decencia e integridad de las personas”.
El informe de ACIJ subraya el hecho de que muchos activistas o periodistas han recibido este tipo de multas. “El activista cubano Juan Luis Bravo fue condenado a dos años de prisión por negarse a pagar la multa. Las publicaciones en las redes sociales también se han utilizado para abrir un proceso penal que ha resultado en arresto domiciliario. Este ha sido el caso de las activistas Tania Bruguera y Carolina Barrero, quienes fueron acusadas de incitar a la delincuencia con publicaciones en redes sociales”, explica.
LEGALIZACIÓN DE LA VIGILANCIA DEL ESTADO EN LÍNEA
Cuba es uno de los pocos países junto con Argentina y El Salvador en el continente que tiene una ley sobre vigilancia masiva. Argentina y El Salvador se unen al archipiélago, sin embargo, la ley en Cuba funciona de manera diferente a la ley en esos países.
En Argentina, la Ley de Inteligencia Nacional establece la prohibición a las organizaciones que trabajen con inteligencia para “obtener información, producir inteligencia o almacenar datos personales, por el easy hecho de su raza, creencias religiosas, acciones privadas u opinión política, o por afiliarse o ser miembro de una organización”.
El Salvador sanciona a quienes “obtengan datos por medios indebidos, información reservada o confidencial en un sistema que utilice tecnologías de la información y las comunicaciones o cualquiera de sus componentes”, con hasta ocho años de prisión, según lo estipulado en la Ley Especial Contra la Informática y Afines. Crímenes.”
Sin embargo, Cuba utiliza la legislación para exactamente lo contrario: el Observatorio Cubano de Derechos Humanos y la Fundación Colectivo+Voces advierten que “se han otorgado facultades discrecionales -incluso a los proveedores de Web- para ampliar sus medios de vigilancia y margen de acción en consecuencia. Extender estas facultades sin supervisión authorized fue motivo de preocupación de los reporteros de la ONU en el informe emitido sobre el Decreto-Ley 35 y sus leyes complementarias”.
Por otro lado, Cuba parece ser el único país que cuenta con una ley sobre la existencia de proyectos o reglamentos aprobados que establecen o impulsan la creación o diseño de poderes públicos para intervenir en materia de censura en línea. Así lo establece la Resolución 105 del Ministerio de Comunicaciones, que aprueba el “Reglamento del Modelo Nacional de Actuación para la Atención de Incidentes de Ciberseguridad”.
Esta ley estableció la creación de una autoridad especializada en ciberseguridad que trabajará junto a funcionarios del Ministerio de Comunicaciones, Ministerio del Inside y Fuerzas Armadas. Sin embargo, el informe de ACIJ señala que aún se desconocen los planes sobre cómo se organizará esta autoridad y sus poderes; pero tendrá la capacidad de “(…) prevenir, detectar y responder de inmediato a posibles actividades enemigas, delictivas o tóxicas que puedan tener lugar en el ciberespacio”. Hasta el día de hoy, la Oficina de Seguridad de las Redes de Información es la autoridad encargada de vigilar, vigilar y defender las redes e Web en Cuba.
FALTA DE INFORMACIÓN Y DISCURSO DE ODIO
La desinformación y el discurso de odio son dos fenómenos que presentan una serie de desafíos a la hora de proteger la libertad de expresión. Estos mensajes pueden afectar otras expresiones legítimas o amplificar la discriminación contra grupos marginados, a través de la disuasión.
Como señala el informe de ACIJ, “la tecnología ha permitido un auge en la creación y difusión tanto de información falsa o manipulada, como de discursos que incitan a la discriminación, la intolerancia y la violencia hacia determinados colectivos. Los nuevos cauces también facilitan el anonimato de estas expresiones y dificultan mucho la aplicación de “soluciones” clásicas, como el derecho a la réplica y la reparación de los responsables”.
Mientras tanto, el informe destaca cómo la falta de información es cada vez más intensa donde el espacio democrático es pequeño, lo que conduce a un círculo vicioso, que es particularmente dañino para las instituciones y la democracia. El discurso autoritario y las concepts antidemocráticas que la falta de información fomenta muchas veces, también pueden contribuir a las restricciones a la libertad de expresión, en cierta medida.
Un informe de la Relatora para la Libertad de Expresión de la ONU publicado en abril de 2021, encabezado por Irene Khan, abordó el tema: “Cada vez hay más pruebas de que la falta de información tiende a prosperar donde los derechos humanos son limitados, donde el sistema de la información pública no es robusta y donde el nivel de calidad, diversidad e independencia de la prensa es bajo. Por el contrario, donde se protege la libertad de opinión y expresión, la sociedad civil, los periodistas y otras personas pueden denunciar mentiras y presentar otros puntos de vista”.