Me siento para comenzar la parte III de esta columna el 26 de octubre, 60 años después del día en que Fidel Castro escribió una carta al primer ministro soviético Nikita Khrushchev, advirtiéndole de un ataque estadounidense inminente, potencialmente un “invasión whole”, y alentar a la Unión Soviética a atacar primero con misiles nucleares.
Estados Unidos no atacó primero, ni tampoco los soviéticos, para disgusto de Castro. La diplomacia evitó la guerra nuclear; de hecho, desde el bombardeo nuclear de Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945, ningún país ha lanzado un ataque nuclear contra otra nación. Sin embargo, el presidente ruso Vladimir Putin ha pasado los últimos meses amenazando con usar armas nucleares contra Ucrania.
EL EMPEORAMIENTO DE LA CRISIS ECONÓMICA DE CUBA
2021 fue uno de los peores años económicos de Cuba desde el inicio de la revolución. Con una tasa de inflación superior al 70%, la isla “índice de miseria” (inflación y desempleo combinados) fue el más alto del mundo con 1.278, seguido por Venezuela (774) y Sudán (397). Incapaz de pagar su deuda externa de más de 20 000 millones de dólares, Cuba llegó a un acuerdo con las naciones acreedoras del Membership de París para posponer los pagos por un año y en febrero de 2022 (dos días antes de invadir Ucrania), Rusia aplazó una deuda de 2 300 millones de dólares. reembolsos hasta 2027.
Se esperaba que la disminución de la pandemia de COVID-19 y la consiguiente reapertura de Cuba al turismo internacional en noviembre de 2021 trajeran estabilidad económica, si no recuperación; pero otros desarrollos —el aumento vertiginoso de los costos del petróleo y los granos derivados de la guerra en Ucrania, una infraestructura que se desmorona y los efectos destructivos de los huracanes Fiona e Ian en septiembre de 2022— han causado más daños económicos, infligiendo sufrimiento adicional a la población.
El gobierno cubano carece de efectivo y crédito para comprar bienes esenciales para cubrir las necesidades más básicas de la población: alimentos, medicinas, electricidad, transporte y vivienda segura.
Cuba sufre una escasez de alimentos que recuerda los peores momentos del llamado Período Especial de 1993 y 1994. La escasez de harina ha llevado al gobierno a recurrir a la producción de pan de yuca, alimento básico de la dieta indígena precolombina. Los vendedores independientes de pizzas y sándwiches ya no pueden vender esos alimentos. Inspirándose en el teólogo de la liberación convertido en nutricionista de la miseria, Frei Betto, el gobierno cubano está impulsando recetas que incluyen papas fritas y cáscaras de zanahoria y trozos de troncos de plátanos, que se venden envueltos en celofán en las tiendas gubernamentales.
los cubanos pasan hambre; un flujo constante de movies subidos a las redes sociales los muestra buscando restos en los contenedores de basura y los montones de basura variada que se acumulan en las aceras de la ciudad. Otros movies documentan el estado ruinoso y sucio de las instalaciones hospitalarias, que están cada vez más desprovistas de equipos que funcionen. Y pensar que muchos en todo el mundo, incluidos muchos compañeros académicos cubanos, continúan perpetuando el mito de que Cuba es una potencia médica mundial.
La medicina, como en la exportación de médicos formados en Cuba, ha sido durante décadas una fuente de divisas. The Economist informó en 2020 que 28.000 médicos cubanos estaban siendo alquilados a países extranjeros. Este agosto, a pesar de sufrir una escasez de médicos, Cuba anunció que enviaría 500 médicos a la región de Calabria en Italia a cambio de $ 3500 por mes (los médicos reciben solo $ 700 de esa cantidad).
UNA INFRAESTRUCTURA QUE SE DERRUMBA
El régimen cubano ha descuidado la infraestructura de la isla al diferir el mantenimiento durante décadas. Como resultado, las calles y las carreteras están llenas de baches y los edificios se derrumban por docenas. La infraestructura energética ha sufrido graves daños, entre los que destaca la explosión el 5 de agosto de ocho grandes tanques de petróleo en el único puerto de superpetroleros de la isla en Matanzas. Millones de barriles de petróleo que tanto se necesitaban se quemaron durante cuatro días. Venezuela se ofreció a ayudar a reconstruir las instalaciones y Rusia envió un buque tanque con petróleo por valor de 70 millones de dólares.
Aún más susceptible es la purple eléctrica de la isla. El huracán Ian, que azotó a Cuba con vientos de más de 125 millas por hora el 27 de septiembre, produjo un apagón en toda la isla. Partes del oeste de Cuba soportaron varios días sin electricidad, y largos períodos de apagones han asolado la isla desde entonces.
Al amparo de la oscuridad, miles de cubanos han protagonizado protestas masivas casi todas las noches. Ese es el tema de la próxima parte de esta columna.