Foto: Un líder comunitario electo muestra a los activistas antibloqueo un “barrio en transformación”
La siguiente reflexión fue escrita por Mario Hernández, un activista antibloqueo que recientemente fue a Cuba a entregar medicamentos con el Proyecto Hatuey
En los EE. UU., la atomización de nuestra sociedad nos ha robado a muchos de nosotros la alegría y la iluminación que provienen de trabajar en conjunto con nuestros vecinos para construir una comunidad mejor y un mundo mejor. En Cuba prevalece la realidad opuesta.
Cuando estuve en Santa Clara, Cuba, hablé con Rosie, que trabaja para el ICAP, el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos. Me dijo que los edificios de apartamentos en Cuba están organizados en los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) para que todos en ellos tengan la oportunidad de hablar significativamente entre sí y trabajar juntos con propósito. En edificios residenciales suficientemente grandes, cada piso se considera un barrio, y cada piso tiene un presidente que facilita la organización de ese piso, convocando reuniones y moderando las discusiones. Cada piso es como un equipo y cada edificio como una liga. El único organizador pagado en el complejo es el supervisor de obra, quien convoca asambleas generales de los inquilinos de todos los pisos, a las que cada familia envía un representante.
En estas reuniones, los inquilinos discuten el presente y el futuro del edificio, qué asuntos requieren reparación y cómo se puede mejorar la vida de los inquilinos. El supervisor del edificio también se reúne regularmente en sesiones dedicadas con los presidentes de piso para analizar los logros y las metas. Además, el supervisor se ocupa de la eliminación de basura, el paisajismo, la limpieza voluntaria por parte de los miembros de los CDR, el uso de los espacios comunes del edificio, and so forth. A través de una organización deliberada, los edificios de apartamentos cultivan vitalidad y humanidad, como colecciones de comunidades democráticas entrelazadas y colaborativas.
No tienes que ir a buscar a la gente en Cuba. La inmersión common es una norma cívica en la isla. Lo que se consideraría un comportamiento subversivo en una economía capitalista es precisamente lo que la Cuba revolucionaria alienta a sus ciudadanos a participar. ¿No es eso lo que debería ser una democracia: la gente trabajando junta como comunidad, no solo consumiendo entretenimiento o comprando con amigos, sino colaborando en conversación y acción con todos sus vecinos en proyectos que mejorarán la calidad de sus vidas? Cuanto más deliberada y disciplinada se vuelve una comunidad, más autoconciencia y poder tiene.
Cuando estuvimos en Santa Clara, un funcionario clave involucrado en la gestión del sistema eléctrico de la provincia nos dijo que si bien el objetivo de Cuba es convertir su infraestructura energética a energías renovables para 2030, el país tiene la voluntad política de transformar su infraestructura a una totalmente verde. purple eléctrica en un solo año, si tan solo se pudiera levantar el bloqueo estadounidense. Lo que el funcionario llamó “la voluntad política” de Cuba period claramente la capacidad del pueblo organizado en todas partes de la isla para actuar decididamente en nombre del bien mayor de la nación.
La organización específica que trabaja en los edificios que describió Rosie es el Comité de Defensa de la Revolución, o CDR. Los CDR son cuerpos de voluntarios de vecindario que operan en toda Cuba, y se alienta a todos los cubanos a convertirse en activistas en los CDR de su vecindario a partir de los 14 años. Los miembros de los CDR asisten a reuniones periódicas, comparten información comunitaria, evalúan las condiciones actuales, elaboran estrategias para nuevas direcciones y, por lo tanto, revolucionan la vida cotidiana.
Los CDR pueden potencialmente ocuparse de cualquier cosa que necesiten sus barrios: trabajo social, guardería y cuidado de ancianos, empleo, seguridad, construcción, renovación y vivienda; pueden identificar y ayudar a cuidar enfermedades físicas y mentales, alcoholismo, malas calificaciones, junto con goteras en los techos y problemas de plomería y electricidad. Cuando las relaciones familiares se vuelven problemáticas y la salud psychological dentro y alrededor del hogar se deteriora, la comunidad puede actuar a través de la purple de CDR, brindando conversación, asesoramiento y apoyo a las partes afectadas y derivando a los vecinos a médicos, trabajadores sociales y psiquiatras o psicólogos. donde sea necesario.
A veces, los proyectos de CDR requieren experiencia o recursos financieros que la comunidad misma no posee, y se debe acceder a ellos a través de la cooperación con el gobierno nacional. Una vez que se apruebe esa cooperación, los cambios se realizarán a través de estos mismos CDR, solo que ahora con asesoría municipal, experiencia especial y fondos. En situaciones como estas, la iniciativa para satisfacer las necesidades de la comunidad se denomina “transformación”. Este proceso se aceleró tras los disturbios del 11 de julio del año pasado. En lugar de la represión policial tan común en los Estados Unidos, los gobiernos nacional, provincial y municipal trabajaron de inmediato para identificar los barrios que necesitaban atención inmediata para reconstruir lugares públicos comunes como clínicas, escuelas, carreteras, alcantarillado y otras infraestructuras, así como viviendas para las familias más necesitadas.
Camilo Cienfuegos es una “Comunidad en Transformación” del municipio Habana del Este de la provincia La Habana. Allí, los CDR locales y uno de los delegados municipales de la comunidad participaron juntos en la remodelación de edificios residenciales, y en la ampliación de guarderías y escuelas primarias. El pueblo organizado construyó un parque infantil y restauró un mercado basic para el barrio de 1.000 habitantes, además de abrir un mercado de mariscos, mercado de frutas y verduras, pizzería, panadería y mueblería.
Visitamos una segunda comunidad en transformación llamada Julián Grimau en Villa Clara, donde delegados y CDR se unieron para construir una oficina de correos y una gasolinera. En una economía socialista como la cubana, el desarrollo es responsabilidad democrática del pueblo organizado, no de los intereses corporativos. El socialismo se cultiva y se expresa a través de la actividad colectiva creativa, a diferencia del capitalismo que se expresa a través de la gentrificación y la remoción y el desplazamiento de barrios enteros y residentes de clase trabajadora. El sistema estadounidense del llamado gobierno democrático palidece en comparación con el tejido apretado de la democracia participativa que constituye el tejido de la sociedad cubana.
Mientras que en Estados Unidos es fácil vivir una vida “democrática” alienada y solitaria, en Cuba la sociedad está organizada para hacer lo más unbelievable posible el aislamiento. El pueblo cubano amplifica las voces y habilidades de los demás a través de la integración comunitaria. Cuba toma la democracia y el poder del pueblo más en serio que cualquier cosa que haya visto en los Estados Unidos. La soberanía del pueblo unido es de lo que se trata la revolución cubana.