Nunca es difícil explicar por qué los cubanoamericanos albergan puntos de vista no conciliadores sobre las relaciones entre Estados Unidos y Cuba. Hay tantas razones por las que a los cubanoamericanos les disgusta el gobierno cubano como estrellas en el cielo. Algunos cubanoamericanos catalogarán las violaciones a los derechos humanos para justificar su oposición al levantamiento del embargo oa la normalización de las relaciones económicas y políticas con la isla. Otros culparán al gobierno cubano por sus políticas económicas ineficientes, el amiguismo excesivo y la falta de transparencia de su proceso de toma de decisiones y apoyarán el juego político duro con un gobierno que creó el ambiente que los obligó a abandonar su país. La línea dura tiene muchos padres y madres y solo el observador más insensible la descartará como una easy visión irracional del mundo impulsada por las emociones. Al mismo tiempo, es solo el observador más empíricamente desinteresado, cínico o hipócrita que afirmará que la “línea dura” ha tenido los resultados previstos por sus defensores.
Aún así, el punto de vista aislacionista entre los cubanoamericanos tiene una tradición que se remonta a 1959 y entró al siglo XXI tan fuerte como siempre. Entonces, cuando opiniones arraigadas con una tendencia clara de repente se desvían hacia un camino diferente, llevándolos en una dirección diferente, los investigadores sienten curiosidad. ¿Por qué pasó esto? ¿Qué nuevas variables han entrado en la mente de nuestros encuestados?
Siempre se ha supuesto que las opiniones de los cubanoamericanos dan forma a las decisiones políticas que toma el liderazgo en Washington. Los cubanoamericanos, después de todo, son electores y, cuando se trata de Cuba, son electores con muchos caballos en la carrera. Sin embargo, los años de Obama introdujeron nuevas variables en la mezcla. Cuando Obama abrió relaciones diplomáticas, viajes y compromisos comerciales con la isla, lo hizo sin consultar a la vieja guardia política de Miami. Como explicó Pepe Hernández, en ese momento presidente de la Fundación Cubano Americana (FNCA): “Como dicen en el dominó, se han barajado bastante en los últimos años, pero especialmente desde el 17 de diciembre de 2014. ” (Mazzei 2016). La CANF, bajo la dirección de Jorge Mas Santos, apoyó el enfoque de Obama en una declaración pública (Mas Santos 2008, A19) y un informe técnico detallado, “Un nuevo curso para la política estadounidense hacia Cuba: promover el cambio impulsado por la gente” (CANF 2009).
Después de protestas limitadas contra la apertura de Obama, la comunidad se ajustó a la nueva normalidad. Cuando Obama dejó el cargo, más del 64% de los cubanoamericanos apoyaban las iniciativas de compromiso. (Encuesta FIU Cuba 2020) El cambio en las actitudes de la comunidad durante los años de Obama interrumpió la tendencia de línea dura e inició una tendencia hacia la diplomacia y el compromiso. Esta nueva tendencia cambió las actitudes de los cubanoamericanos de respaldar políticas de aislamiento a por lo menos considerar políticas de compromiso. El cambio de actitud reflejó la nueva normalidad establecida por el liderazgo de Washington.
Treinta años de llevar a cabo la Encuesta de FIU Cuba proporciona a los investigadores un amplio conjunto de datos para explorar el “por qué” de un cambio de opinión tan dramático. Si combinamos los conjuntos de datos de la Encuesta de FIU Cuba, una acumulación de puntos de datos de más de 10,000 encuestados desde principios de la década de 1990, es evidente un patrón convincente, previamente inexplorado. Cuando controlamos la influencia de las variables demográficas, socioeconómicas, de lugar de nacimiento y de cohorte de inmigrantes, es decir, cuando medimos solamente la influencia del partido político que ocupa la Casa Blanca, surge un patrón fuerte e inequívoco: el liderazgo de Washington tiene una influencia significativa y directa en las opiniones de los cubanoamericanos sobre la política EE.UU.-Cuba. Es una hipótesis que vale la pena explorar.
La prueba A de este argumento es el patrón establecido desde mediados de la década de 1990 por el apoyo de la comunidad al tema candente del embargo. Durante la administración de George HW Bush, el 85% de los cubanoamericanos del sur de la Florida apoyaron el embargo. En 1995, dos años después de la administración Clinton, el apoyo period del 82%. Sin embargo, de 1995 a 2000, incluso cuando la Ley Helms-Burton logró ser aprobada por un Congreso republicano, la tasa de aprobación del embargo disminuyó un 3,6% por año, un whole de 18 puntos porcentuales de 1995 a 2000. Los años de George W. Bush vieron una estabilización del apoyo al embargo al nivel alcanzado durante los años de Clinton. Aproximadamente el 63% lo apoyó al inicio de la administración y el 64% lo apoyó al remaining de sus dos mandatos.

Durante la administración Obama, el apoyo al embargo retomó su declive en un 2,6% anual. Esto resultó en una caída de 21 puntos porcentuales entre 2008 y 2016. La ascensión de Trump aumentó la tasa de apoyo al embargo en un 5,1 % anual, lo que arrojó un aumento de más de 10 puntos porcentuales en solo dos años. En resumen, quienquiera que controle la Casa Blanca da forma a las actitudes sobre Cuba entre los cubanoamericanos del sur de la Florida. Los cubanos, al igual que otros estadounidenses, toman “señales” de su presidente.
Es possible que el enfoque de Obama no haya cambiado la mentalidad anticompromiso de los intransigentes del sur de Florida. El disgusto del gobierno cubano que algunos albergan se mantuvo firme pero se alteraron los puntos de vista sobre las estrategias necesarias para generar cambios en Cuba. Como dijo un opositor moderado/derechista de las políticas de Obama: “Bien, ahora tenemos que crear una clase media en Cuba para que le causen un problema al gobierno”.
En pocas palabras, el liderazgo importa
La principal conclusión extraída de esta edición de FIU Cuba Ballot es que los cubanoamericanos mantienen una actitud hacia la política de EE. UU./Cuba que refleja las iniciativas políticas de la administración Biden. La política de Biden, en la medida en que existe, ha mantenido muchas de las características y la mayor parte de la retórica establecida por la administración anterior. Los pasos limitados tomados en los últimos meses para modificar las restricciones de viaje y remesas y la reanudación proyectada de las iniciativas de reunificación acquainted cuentan con el fuerte apoyo de la comunidad cubanoamericana, pero no son políticas nuevas. Sin embargo, el enfoque ambiguo de la administración hacia la política hacia Cuba parece reflejarse en el apoyo de la comunidad a las políticas que promueven el cambio de régimen, así como el apoyo a las políticas diseñadas para mejorar el bienestar del pueblo cubano. Irónicamente, los partidarios de las iniciativas de Obama han argumentado que solo estableciendo relaciones normales con la isla se pueden cumplir ambos objetivos.
El análisis mencionado anteriormente sugiere fuertemente que los cubanoamericanos en el sur de la Florida siguen el ejemplo de un fuerte liderazgo en Washington, ya sea que el liderazgo proponga compromiso, como lo hizo Obama, o aislamiento, como lo hizo Trump. A pesar de lo diferentes que son Obama y Trump, ambos ejercieron el liderazgo al establecer su impronta en la política EE.UU.-Cuba. Y ambos recibieron el apoyo de líderes de la comunidad cubanoamericana en el sur de la Florida. El nuevo enfoque de Obama fue apoyado por el liderazgo de la CANF y la actuación de Trump en el teatro Manuel Artime el 16 de junio de 2017 fue diseñada para resaltar el apoyo de la comunidad que respalda su cambio de política. Hoy, el liderazgo native que alienta el compromiso está ausente. Y el liderazgo importa.
Existe un fuerte sesgo de statu quo que rige las actitudes de la comunidad, y el statu quo lo establecen las políticas de Washington. Dada la renuencia de la administración Biden a alterar muchas de las políticas y narrativas de la period Trump, no sorprende que los cubanoamericanos continúen expresando actitudes que reflejan el statu quo.
Sin embargo, como lo dejan claro los resultados de la encuesta, existe un fuerte apoyo para el compromiso específico basado en la familia, lo que permite remesas ilimitadas, reunificación acquainted y accesibilidad a visas a través de la embajada de La Habana, viajes por toda la isla a través de transportistas con sede en EE. UU., venta de alimentos y medicina– y un apoyo basic a políticas que mejoren el bienestar económico del pueblo cubano.
Sí, hay muchos dentro de la comunidad que apoyan estrictas políticas aislacionistas. Pero la comunidad no es monolíticamente de línea dura. Un liderazgo fuerte que delinee claramente los beneficios del compromiso para los cubanoamericanos, los beneficios de participar en el desarrollo de la dinámica social en la isla, puede dar forma a las perspectivas de la comunidad. Al menos esa es una hipótesis que vale la pena explorar por el bien de los cubanoamericanos y de los cubanos en la isla.
Para resumir los resultados de la encuesta: las tendencias evidentes en los resultados se pueden categorizar en dos amplios campos: apoyo a las Políticas del Palo y/o apoyo a las Políticas de la Zanahoria.
Políticas de la Zanahoria
- El apoyo a ciertas políticas que promueven el compromiso y la asistencia a los habitantes de la isla sigue siendo alto, como la venta de alimentos y medicinas.
- Si bien ha disminuido el apoyo a una política que favorezca los viajes sin restricciones para todos los estadounidenses, el apoyo a que se permita a las aerolíneas volar a todas las regiones de Cuba es fuerte.
- Aproximadamente la mitad de los cubanoamericanos en el sur de la Florida han enviado remesas a sus familiares durante el año pasado a pesar de que existen muchos obstáculos sin una solución easy de “Western Union”.
- En términos generales, existe un fuerte apoyo al desarrollo de políticas que aborden el bienestar del pueblo cubano.
Políticas del Palo
- El apoyo a las políticas aislacionistas sigue siendo fuerte. El apoyo al embargo, por ejemplo, aumentó desde las mediciones de 2020 (a 63% desde 59%). Los cubanoamericanos no nacidos en la isla son los menos propensos a apoyar la continuación del embargo (57% en contra de su continuación).
- El cincuenta y cinco por ciento de los encuestados siente que Cuba representa una amenaza para los intereses estadounidenses.
- El setenta y cuatro por ciento apoya la implementación de políticas que ejercerán la máxima presión sobre el gobierno de Cuba para promover el cambio de régimen.
Los cubanoamericanos en la política interna
- La economía, el cuidado de la salud y la inmigración son los tres temas más importantes que enfrentan los cubanoamericanos en la actualidad. La política de Cuba, el management de armas y el derecho al aborto cambian su importancia según cohortes específicas.
- Un público votante cubanoamericano energizado y motivado ofreció un fuerte apoyo a todos los republicanos en la boleta electoral en las carreras de Gobernador, Senado y Congreso.
- El presidente Biden tiene una calificación de desempeño basic favorable del 32% entre los cubanoamericanos y recibe una aprobación poco impresionante de su manejo de los principales problemas que enfrenta la nación. Sí recibe apoyo mayoritario de cohortes específicas por su manejo de la política hacia Cuba, la situación de Ucrania y la disaster del Covid.
Las elecciones han terminado. Los cubanoamericanos ayudaron a DeSantis a convertirse en el primer gobernador republicano en ganar el condado desde que Jeb Bush lo hizo en 2002. El voto cubanoamericano volverá a recibir atención en 2024 cuando DeSantis y Trump ataquen el sur de Florida. Dadas sus similitudes, no está claro cómo intentarán apelar al voto cubanoamericano en 2024. Debería ser una interesante explosión de vitriolo reaccionario camuflado en un atuendo patriótico.
Una nota de despedida para los demócratas: empiecen desde cero. Hay un muro de la guerra fría que los separa de los cubanoamericanos. Los republicanos han estado construyendo este muro durante cuarenta años y ahora están cosechando los beneficios de jugar a largo plazo. Derribarlo también será un esfuerzo a largo plazo. La estrategia a corto plazo de atraer a los cubanoamericanos haciéndose pasar por republicanos no ha funcionado. Es hora de que los demócratas aborden las necesidades de los cubanoamericanos en su papel de ciudadanos, no de exiliados. Los datos muestran que los valores cubanoamericanos están dentro del espectro demócrata en lugar del republicano; cuestiones como la atención médica, el management de armas y el aborto. Usar lo que sabemos sobre sus preocupaciones cívicas y relajarse con la política de Cuba a menos que esté relacionada con la reunificación acquainted. Por supuesto, esta es solo la opinión de un hombre. Un hombre con muchos datos en los que basar su opinión.