
SANTIAGO, 08 dic (IPS) – El Ley de Eficiencia Energética comenzó a implementarse paulatinamente en Chile luego de la aprobación de su reglamento, pero aún faltan más esfuerzos e instituciones para que pueda dar resultados.
En Chile, el sector energético representa el 74 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), produciendo 68 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) por año. Por ello, la eficiencia energética es decisiva para hacer frente al cambio climático y ahorrar en sus costes.
La ley se aprobó en febrero de 2021 y sus reglamentos se emitieron el 13 de septiembre de este año, pero la implementación whole aún llevará tiempo. La propia ley establece que su plena aplicación se realizará “de forma gradual”, sin fijar plazos precisos.
Por ejemplo, la calificación energética de viviendas y edificios nuevos es voluntaria por ahora y solo será obligatoria en 2023. Además, solo la práctica mostrará si existirá la capacidad para fiscalizar el sector y aplicar sanciones.
Los objetivos de la ley incluyen reducir la intensidad del uso de energía y reducir los GEI.
Según la organización público-privada Fundación Chilela eficiencia energética tiene el potencial de reducir las emisiones de CO2 en un 44 por ciento, un porcentaje decisivo para mitigar el cambio climático en este largo y angosto país sudamericano de 19,5 millones de habitantes.
“Por primera vez en Chile contamos con una Ley de Eficiencia Energética. Este es un paso clave para unir esfuerzos para lograr la carbono neutralidad al 2050, ya que la eficiencia energética tiene el potencial de reducir en un 35 por ciento los gases de efecto invernadero”, dijo la subgerente de la Fundación para sustentabilidad, dijo Karien Volker a IPS.
La ley establece normas para el transporte, la industria, la minería y los sectores residencial, público y comercial. El transporte terrestre representa aproximadamente el 25 por ciento de la energía utilizada en Chile y las 250 empresas más grandes que operan en el país consumen el 35 por ciento del whole.
Volker destacó que la ley incorpora el etiquetado energético, la implementación de un sistema de gestión energética para grandes consumidores y la elaboración de un Plan Nacional.
“Con la implementación de la ley, se espera una reducción del 10 por ciento en la intensidad energética, un ahorro acumulado de 15.200 millones de dólares y una reducción de 28,6 millones de toneladas de CO2 para 2030”, dijo.
También argumentó que la ley empujará a las grandes empresas a cumplir con estándares mínimos de eficiencia energética, lo que cambiará la forma en que operan.
“Las nuevas viviendas con certificaciones de eficiencia energética elevarán el estándar de la construcción en Chile y empujarán a los constructores a innovar”, dijo Volker.
Agregó que “el sector transporte también se verá impactado positivamente al establecer estándares de eficiencia y desempeño para los vehículos que ingresan a Chile”.
Los edificios con los nuevos estándares consumirán solo un tercio de la energía en comparación con los actuales.
En Chile, el 53,3 por ciento de la electricidad se genera con energías renovables: hidroeléctrica, photo voltaic, biomasa y geotérmica. El 46,7 por ciento restante proviene de plantas termoeléctricas que utilizan fuel pure, carbón o derivados del petróleo, las cuales son importadas en su casi totalidad.

Historial negativo en eficiencia energética
Pero en la historia reciente de este país sudamericano la experiencia del ahorro energético no ha sido positiva. Hubo whole claridad en el diagnóstico de la situación y sugerencias concretas de medidas para avanzar en eficiencia energética, pero nada cambió, dijo el ingeniero y physician en pensamiento sistémico Alfredo del Valle, exasesor de Naciones Unidas y del gobierno chileno en estas materias. .
Del Valle dijo a IPS que entre 2005 y 2007 se desempeñó como metodólogo del Programa País de Eficiencia Energética del Ministerio de Economía de Chile para formular una política nacional en este campo.
“Con una amplia participación pública, privada, académica y ciudadana, descubrimos casi cien potenciales concretos de eficiencia energética en transporte, industria y minería, edificaciones residenciales y comerciales, electrodomésticos e incluso cultura”, explicó.
Sin embargo, lamentó, “los políticos chilenos no entienden lo que los políticos del Norte (industrializado) entendieron inmediatamente 30 años antes: que es basic invertir dinero y voluntad política en eficiencia energética, así como invertimos en suministro de energía”.
Aunque un Agencia Nacional de Eficiencia Energética se creó hace 12 años, “no está pasando nada significativo”, dijo Del Valle, precise presidente de la Fundación para la Innovación Participativa.
A modo ilustrativo, señaló que “el presupuesto público para eficiencia energética en 2020 equivale a apenas 10 millones de dólares frente a una inversión en suministro energético en el país de 4.380 millones de dólares en el mismo año”.
Según el experto, “necesitamos una nueva forma de pensar y actuar para poder llevar a cabo transformaciones sociales y poder crear nuestro propio futuro”.
La política energética de Boric
los Agenda Energética 2022-2026 impulsada por el gobierno de izquierda de Gabriel Boric, en funciones desde marzo, afirma que “la eficiencia energética es una de las acciones más importantes para que Chile alcance la meta de la carbono neutralidad”.
El documento establece acciones y compromisos a ser implementados como parte del Plan Nacional de Eficiencia Energética. Publicado a principios de este año, propone 33 medidas en los sectores productivos, transporte, edificaciones y ciudadanos comunes, según el Ministerio de Energía.
“Con todas estas medidas, esperamos reducir nuestra intensidad energética whole en un 4,5 por ciento para 2026 y en un 30 por ciento para 2050, en comparación con 2019”, señala la Agenda.
El plan anuncia una aceleración de la implantación de sistemas de gestión energética en grandes consumidores para fomentar un uso más eficiente en la industria, “tal y como manda la Ley de Eficiencia Energética que se irá implantando progresivamente”.
Según el gobierno, para 2026, 200 empresas habrán implementado sistemas de gestión de energía.
Las autoridades también anunciaron apoyo a las micro, pequeñas y medianas empresas para el uso y manejo eficiente de la energía y apoyarán 2000 en autogeneración y eficiencia energética.
“Si bien como país hemos avanzado en el despliegue de energías renovables para la generación eléctrica, aún nos falta trasladar los beneficios de las fuentes renovables de energía a otros ámbitos, como el uso de calor y frío en la industria”, señala el documento.

Mejora en la calidad de la vivienda
En Chile hay más de cinco millones de viviendas y la mayoría de ellas no cuentan con las condiciones adecuadas de aislamiento térmico, requiriendo un alto uso de energía para calefacción en el invierno del hemisferio sur y refrigeración en el verano.
La esperanza es que al hacer de la “calificación energética” un requisito para obtener la aprobación ultimate, la licencia municipal de obras, mejore la calidad de las viviendas que utilizan equipos eficientes o energías renovables no convencionales. Esto permitirá un mayor ahorro en calefacción, refrigeración, iluminación y agua caliente sanitaria.
En cuatro años, la Agenda del gobierno apunta a aislar térmicamente 20.000 viviendas de interés social, instalar 20.000 sistemas solares fotovoltaicos en barrios populares, reacondicionar 400 escuelas para que sean energéticamente eficientes, ampliar los sistemas de energía photo voltaic en viviendas rurales, mejorar la oferta en 50 escuelas en zonas rurales de bajos ingresos y desarrollar sistemas de generación distribuida de hasta 500 megavatios (MW).
En los últimos años, Fundación Chile, junto con el gobierno y otras entidades, ha impulsado planes de eficiencia energética con la instalación generalizada de focos LED en calles y otros espacios públicos. También impulsó la sustitución de refrigeradores de más de 10 años por unidades con tecnologías más eficientes y ecológicas.
Un hito fue la entrega de 230.000 focos LED a establecimientos educativos, beneficiando a más de 200 escuelas y un whole de 73.000 estudiantes, empleados y docentes.
La iniciativa permitió instalar un millón de focos LED, lo que permitió un ahorro estimado de 4,8 por ciento del consumo nacional.
Mientras tanto, la campaña para una refrigeración más eficiente espera que la cuota de mercado de estos frigoríficos se convierta en un 95 % en productos A++ y A+, para lograr un ahorro de 1,3 teravatios hora (TWh, equivalente a mil millones de vatios hora).
Eso supondría una reducción de 3,1 millones de toneladas de CO2 para 2030.
Un refrigerador viejo representa el 20 por ciento de la factura de electricidad de un hogar y uno más eficiente ahorra hasta un 55 por ciento.
Actualmente hay un estimado de un millón de refrigeradores en Chile que tienen más de 15 años.
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