Menos de una semana nos separa del día en que estarán listas las urnas para que el soberano decida, en referéndum, sobre el Código de Familia. Se intensifican las campañas por el Sí o el No. Los argumentos van y vienen. Entre las afirmaciones repetidas entre quienes apuestan con vehemencia por el No, está el respeto por el “diseño authentic” de la familia. Sobre los significados culturales, vistos también desde sus raíces lingüísticas, de esa afirmación y sus implicaciones en una Cuba del siglo XXI, conversé, en una breve síntesis, con Douglas Calvo Gaínza, políglota, filólogo, filósofo, teólogo, lingüista, grecolatinista. traductor y profesor de griego antiguo.
¿Qué tipo de familia postula el llamado diseño authentic?
Deber y derecho respetable es preservar la familia nuclear (padre, madre, descendencia). Sin embargo, afirmar que esto constituye un “diseño authentic” surgido directamente de la Divinidad, y no de la experiencia y necesidad humana, contradice los datos históricos y el sentido común, como lo demuestran las raíces de las palabras hoy en disputa.
Por ejemplo, “familia” en español viene del latín, famulus o “siervo”. ¿Por qué? Bueno, porque los esclavos eran los juguetes sexuales legales de la familia esclava. Ejemplo: Agar, aquella sierva con la que el amo Abraham tuvo a su hijo Ismael, encarna prototípicamente la “familia”, la antigua servidumbre.
Además, Abraham tuvo otras esposas además de Sara y Agar. Porque tuvo varias “concubinas” (Génesis 25:6), de las cuales conocemos una: Cetura (1 Crónicas 1:32). Ciertamente, si el padre de la fe respetó ese supuesto “diseño authentic” que Dios nos exige, imitarlo hoy implicaría también implantar la poligamia en Cuba, y también revivir la esclavitud.
Y hay muchos ejemplos bíblicos similares.
Otras dos palabras acompañan los debates en cuestión: matrimonio y tutela. ¿Qué consideraciones debemos atender respecto al origen de ambos términos?
Lo que hoy se presenta como “diseño authentic” a menudo es simplemente “diseño cultural”. Específicamente, una mezcla de tradiciones sociales judías y del Imperio Romano.
Por ejemplo, en Roma el símbolo de las bodas period un velo que se imponía a la mujer. Las palabras que todavía se usan hoy en español se derivan de la palabra latina para “velar” (nubo), como “connubio” (bodas), “núbil” (niña casadera) y “nupcias”, y en la iglesia cristiana, heredera de esa cultura mediterráneo-palestina, la mujer debía llevar velo perennemente (1 Corintios 11: 10), que simboliza la autoridad del marido sobre su propiedad femenina. Y por eso las damas debían callarse en público y preguntar a sus maridos sobre religión (1 Corintios 14:33-35).
Aquí la Iglesia naciente traza su entorno sociocultural. Profundizando: en la Antigua Roma, las mujeres siempre estaban bajo la tutela authorized de un hombre (tutela mulierum), ya que fueron reconocidos como de inteligencia inferior. Dicho tutor authorized period o el esposo o el padre, y para liberarse de la tutela debían tener tres hijos (ius trium liberorum). Por cierto, Pablo también enseña: la mujer “se salvará engendrando hijos” (1 Timoteo 2:15).
Así llegamos a la raíz de nuestra palabra “matrimonio”. Se divide en dos partes: “matri” que proviene del latín “madre” (mater) y “monio” que proviene de una partícula muy antigua (posiblemente etrusca) que indicaba el acto de “ser algo”, en este caso, madre. El antiguo matrimonio no tiene que ver con casarse por amor, sino con los derechos legales que adquiría la mujer por ser madre, ya que la maternidad period la única ocupación de la mujer.
Si las mujeres cristianas de la Cuba de hoy aplicaran al pie de la letra estas normas, tendrían que aceptar prácticas como estas:
- El padre determinaría si la cubana se casa o no, y con quién. (Lea, por ejemplo, 1 Corintios 7:36-38).
- Existirían muchas limitaciones sociales (en Roma, ambos cónyuges debían ser ciudadanos libres, y no podían ser actores ni extranjeros. En Israel, un ministro religioso no podía casarse con una divorciada, Levítico 21:7, and many others.).
Si una mujer cubana del siglo XXI desea casarse (incluso en la adolescencia) con quien su padre desee, independientemente de sus sentimientos o preferencias personales, y desea seguir todas esas normas, puede hacerlo, es su derecho. Pero si otras mujeres no quieren tal cosa, al menos debe respetarlas y no condenarlas.
En cuanto a la “tutela” o poder del padre, representa la autoridad absoluta del patriarca que puede incluso hacer matar a un hijo desobediente (Deuteronomio 21:18-21). Un caso típico es el de Lot, que ofrece a sus hijas vírgenes para que sean violadas en masa por malhechores (Génesis 19:6-8). O también Jefté, que sacrifica o enclaustra a su hija, para cumplir un juramento religioso (Jueces 11:31). De acuerdo con nuestro Código en discusión, estas niñas estarían protegidas de esta acción nociva, y tales padres podrían ser -justamente- privados de su patria potestad por poner en riesgo la vida de sus hijas (artículo 191.g).
Prefiero ser amigo de mis hijos, no su dueño, un amor mutuo, más que un poder mío. Además, entiendo que cada golpe a un niño es una derrota para los padres.
¿Hay un solo tipo de familia en la Biblia?
Hay múltiples ejemplos de familias no monógamas en la Biblia. Por ejemplo, si hablamos de “diseño authentic”, ¿cómo podemos saber que la poligamia no es parte de él, ni es aceptable para Dios, si el Señor consideró santos a reputados polígamos como Jacob, David o Salomón?
Pero además, Agar e Ismael constituyen una familia monoparental (madre soltera con su hijo, no casada legalmente) que cuenta con la bendición Divina (Génesis 17:20, 21:16-20). Además, recuerda que Rut y Noemí vivían juntas, incluso sin ser parientes consanguíneos. También el citado 1 Corintios 7:36-38 podría interpretarse en griego como dos novios que nunca se casan, sino que constituyen una familia espiritual. En la genealogía de Jesucristo hay uniones ilegítimas (como la de David y la esposa de Urías) que Dios prospera con descendencia.
Por lo tanto, hay base para cierta flexibilidad en las Escrituras mismas.
Pero realmente, la Biblia fue escrita en un mundo superado, con instituciones que hoy son inaplicables. Incluso el Israel moderno se ha visto obligado a cambiar muchas costumbres arcaicas y hoy acepta el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Nuestras iglesias tampoco pueden aplicar literalmente esos modelos bíblicos familiares, descontextualizados. Por ejemplo, las hijas de un padre que murió sin descendencia masculina solo podían casarse con hombres de su propia tribu (Números 36). ¿Dónde están las genealogías tribales de los matrimonios evangélicos cubanos? ¿Cómo van a cumplir con reglas como esta?
Por último, debemos señalar el matrimonio de levirato, en el que la mujer que había quedado viuda no podía casarse con quien quisiera, sino con el hermano del difunto, para dar descendencia al difunto (Deuteronomio 25,5-6; Mateo 22). :23-28). La historia de Judá tomando mujer para su descendencia, imponiéndole la viudez hasta que creciera su otro hijo, mandando que la quemaran, and many others. (Génesis 38) representa bien esas costumbres premodernas, que hoy se arremolinan contra nuestro Código de Familia, que establece el amor como ley.