Max es el perro que con apenas diez meses recorrió 10 países junto a su familia, unos migrantes venezolanos que, decidieron marcharse a Estados Unidos vía terrestre, cruzando incluso la peligrosa selva del Darién, frontera pure que divide Colombia y Panamá.
Esta familia venezolana, en entrevista con un medio native en Miami, contó que, Max, una mezcla de pitbull, nació en Perú, país en donde estuvieron viviendo por cuatro años luego de migrar de Venezuela, huyendo de la miseria causada por el régimen de Nicolás Maduro.
Anabel Gónzalez, dijo que, luego de que el canino llegó a sus brazos, se volvieron inseparables incluso cuando decidió junto a cuatro miembros de su familia emprender la difícil y agobiante travesía hacia los Estados Unidos.
“Tenía viviendo con nosotros dos meses cuando pensamos en venir a Estados Unidos. Viajar con él fue sumamente difícil, nos pusieron demasiadas trabas, tuvimos que pagar pasaje por él como si fuera una persona. En la selva caminaba unos tramos y yo lo cargaba también porque todavía estaba pequeño”, relató la mujer.
Según la información suministrada por González, en Costa Rica, Honduras, Guatemala, Nicaragua y México enfrentaron grandes problemas por el animal, a quien los transportistas no dejaban abordar sus vehículos si no pagaban dinero additional.
La travesía más difícil junto a Max fue en México
La familia originaria de El Tigre, ciudad ubicada en el estado venezolano de Anzoátegui, contó que lo más difícil del viaje junto a Max fue en México, en donde después de realizar una caravana de migrantes desde Tapachula a Huixtla y recibir el permiso para transitar por el país, los chóferes que los llevarían a la Ciudad de México no dejaron abordar el bus al cachorro, y tampoco les regresaron el dinero de sus boletos, los cuales habían podido comprar luego de vender refrescos y agua bajo la lluvia.
La familia pudo viajar junto al canino a la capital mexicana luego de que un buen samaritano le construyera al animal una caja de madera con la que pudo viajar incluso hasta Monterrey.
Ya estando en la frontera de Estados Unidos, la familia se entregó a los agentes de la Patrulla Fronteriza, quienes le informaron que el animal tampoco podía continuar su travesía con ellos.
“Un agente lo amarró a una cerca, yo me puse a llorar y Max comenzó a llorar también (a gemir y ladrar). No pude grabar porque me hablaron súper fuerte y a mi esposo le dieron un golpe en la barriga cuando le dijo bajito a nuestro hijo que agarrara al perro. El agente escuchó porque entendía español”, recordó la venezolana.
La mujer, quien pensó en dejar a su familia y quedarse en la frontera junto a su perro, narró que, un oficial de la Patrulla Fronteriza la convenció de subir al vehículo luego de prometerle que llevaría a Max a un lugar donde ella pudiera buscarlo luego de finalizar los trámites de ingreso.
🐾¡Sí lograron cruzar todos en familia; incluyendo a Max el perro migrante!
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El canino se convirtió en un perro de servicio
Después de pasar cuatro días en un centro de detención de Inmigración, la familia salió en busca de Max, quien ya estaba con otra persona, a quien lograron ubicar para recuperar al canino.
La familia se dirigió hasta Nueva York, en donde buscaron un refugio, pero les dijeron que la única forma de aceptar al animal en el mismo period que Max se convirtiera en un perro de apoyo emocional.
Tiempo después el cachorro logró obtener el certificado, pero le exigieron que además Max se transformara en un perro de servicio y también lo logró.
Originario de Venezuela, Max, un perro migrante, logró el sueño americano luego de una travesía que duró un mes e involucró un viaje de más de 32 horas en auto y cientos de horas de caminata.
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— N+Media (@nmasmedia) July 25, 2022
Cabe destacar que, PETA Latino felicitó a esta familia venezolana por su determinación para permanecer junto a Max.
“Los perros también son miembros de la familia, y la familia Urbáez hizo un esfuerzo increíble al proteger a Max durante su arduo viaje hasta Brooklyn, nadie debería de verse obligado a abandonar a su animal de compañía bajo ninguna circunstancia”, afirmó Gabriel Ochoa, Gerente de Comunicaciones de PETA Latino.
“PETA Latino se complace en dar la bienvenida a esta dedicada y amorosa familia a EEUU”, agregó.
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Redacción de Cubanos por el Mundo
