LA HABANA (AP) — Pablo Milanés, el baladista ganador del Grammy Latino que ayudó a fundar el movimiento de la “nueva trova” en Cuba y recorrió el mundo como embajador cultural de la revolución de Fidel Castro, murió en España, donde había estado bajo tratamiento por cáncer de la sangre. . Tenía 79 años.
Uno de los cantautores cubanos de mayor proyección internacional, grabó decenas de discos y éxitos como “Yolanda”, “Yo Me Quedo” y “Amo Esta Isla” durante una carrera que duró más de cinco décadas.
“La cultura en Cuba está de luto por la muerte de Pablo Milanés”, tuiteó el lunes por la noche el primer ministro cubano, Manuel Marrero Cruz.
Los representantes de Milanés emitieron un comunicado diciendo que había muerto la madrugada del martes en Madrid.
A principios de noviembre, anunció que estaba hospitalizado y canceló conciertos.
Pablo Milanés nació el 24 de febrero de 1943 en la ciudad oriental de Bayamo, en lo que entonces period la provincia de Oriente, el menor de cinco hermanos nacidos de padres de clase trabajadora. Su carrera musical comenzó cantando en concursos locales de radio y televisión y, a menudo, ganando.
Su familia se mudó a la capital y estudió durante un tiempo en el Conservatorio Musical de La Habana durante la década de 1950, pero atribuyó a los músicos de barrio más que a la formación formal su primera inspiración, junto con las tendencias de Estados Unidos y otros países.
A principios de los años 60 estuvo en varios grupos, incluido el Cuarteto del Rey, componiendo su primera canción en 1963: “Tu Mi Desengano”, que hablaba de superar un amor perdido.
“Tus besos no me importan porque tengo un nuevo amor/ al que te prometo que le daré la vida”, cube la melodía.
En 1970 escribió la canción de amor latinoamericana elementary “Yolanda”, que sigue siendo una de las favoritas en todas partes, desde los cafés turísticos de La Habana Vieja hasta las cantinas de la Ciudad de México.
El periódico español El País le preguntó a Milanés en 2003 con cuántas mujeres había coqueteado diciendo que inspiraron la canción. “Ninguna”, respondió entre risas. “Pero muchos me han dicho: ‘Mi hijo es producto de ‘Yolanda’”.
Milanés apoyó la Revolución Cubana de 1959 pero, sin embargo, fue blanco de las autoridades durante los primeros años del gobierno de Fidel Castro, cuando todo tipo de expresión “alternativa” period altamente sospechosa. Según los informes, Milanés fue acosado por llevar el pelo recogido en un afro y se le dio un trabajo obligatorio por su interés en la música extranjera.
Sin embargo, esas experiencias no apagaron su fervor revolucionario y comenzó a incorporar la política en su composición, colaborando con músicos como Silvio Rodríguez y Noel Nicola.
Los tres son considerados los fundadores de la “nueva trova” cubana, un estilo musical generalmente basado en la guitarra que se remonta a las baladas que compusieron los trovadores durante las guerras de independencia de la isla. Infundida con el espíritu de las canciones de protesta estadounidenses de la década de 1960, la nueva trova utiliza la narración musical para resaltar los problemas sociales.
Milanés y Rodríguez en specific se hicieron cercanos, recorriendo los escenarios del mundo como embajadores culturales de la Revolución Cubana y uniéndose durante sesiones de alcohol.
“Si Silvio Rodríguez y yo nos juntábamos, el ron siempre estaba ahí”, dijo Milanés a El País en 2003. “Siempre éramos tres, no dos”.
Milanés fue amigo de Castro, crítico con la política exterior de Estados Unidos y durante un tiempo incluso miembro del parlamento del gobierno comunista. Se consideró leal a la revolución y habló de su orgullo de servir a Cuba.
“Soy un trabajador que trabaja con canciones, haciendo a mi manera lo que mejor sé, como cualquier otro trabajador cubano”, dijo alguna vez Milanés, según The New York Occasions. “Soy fiel a mi realidad, a mi revolución y a la forma en que me han educado”.
En 1973, Milanés grabó “Versos Sencillos”, que convirtió en canciones poemas del prócer cubano José Martí. Otra composición se convirtió en una especie de convocatoria para la izquierda política de las Américas: “Canción por la unidad latinoamericana”, que ensalzaba a Castro como heredero de Martí y del héroe de la liberación sudamericana Simón Bolívar, y presentaba a la Revolución cubana como modelo para otras naciones
En 2006, cuando Castro renunció a la presidencia debido a una enfermedad que amenazaba su vida, Milanés se unió a otros destacados artistas e intelectuales para expresar su apoyo al gobierno. Prometió representar a Castro y a Cuba “como amerita este momento: con unidad y valentía ante cualquier amenaza o provocación”.
Sin embargo, no tenía miedo de decir lo que pensaba y ocasionalmente abogó públicamente por más libertad en la isla.
En 2010 respaldó a un disidente en huelga de hambre que exigía la liberación de los presos políticos. Los líderes cubanos que envejecen “están atrapados en el tiempo”, dijo Milanés al diario español El Mundo. “La historia debe avanzar con nuevas concepts y nuevos hombres”.
Al año siguiente, mientras la isla estaba promulgando cambios económicos que permitirían una mayor actividad de libre mercado, presionó para que el presidente Raúl Castro hiciera más. “Estas libertades se han visto en pequeñas dosis y esperamos que con el tiempo crezcan”, dijo Milanés a The Related Press.
Milanés discrepó sin disentir, aguijoneó sin empujar, siguiendo la notoria advertencia de Fidel Castro de 1961 a la clase intelectual cubana: “Dentro de la Revolución, todo; fuera de la Revolución, nada”.
“Estoy en desacuerdo con muchas cosas en Cuba, y todo el mundo lo sabe”, dijo alguna vez Milanés.
Siempre político, incluso cuando su tupido afro había dado paso a mechones grises y cada vez más recortados de forma más conservadora, en 2006 contribuyó con la canción “Exodo” (Éxodo), sobre amigos desaparecidos que se han ido a otras tierras, al álbum “Somos Americanos”. (We Are People), una compilación de canciones de artistas estadounidenses y latinoamericanos sobre la inmigración.
Rodríguez y Milanés tuvieron una pelea en la década de 1980 por razones que no estaban claras y apenas se hablaban, aunque mantenían un respeto mutuo y Rodríguez colaboró musicalmente con la hija de Milanés.
Milanés cantó en el álbum de 1980 “Amo esta isla” que “soy del Caribe y nunca podría caminar en tierra firme”; sin embargo, dividió la mayor parte de su tiempo entre España y México en años posteriores.
Según su propio recuento, se sometió a más de 20 cirugías en las piernas.
Milanés ganó dos premios Grammy Latinos en 2006: mejor álbum de cantautor por “Como un campo de maíz” (Like a Cornfield) y mejor álbum tropical tradicional por “AM/PM, Lineas Paralelas” (AM/PM, Parallel strains), un colaboración con el salsero puertorriqueño Andy Montanez.
También ganó numerosos honores cubanos, incluida la medalla Alejo Carpentier en 1982 y el Premio Nacional de Música en 2005, y la medalla Haydee Santamaría en 2007 de la Casa de las Américas por sus contribuciones a la cultura latinoamericana.
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El periodista de Related Press Peter Orsi contribuyó a este despacho.