LA HABANA — Cuba promulgó un nuevo código penal esta semana que activistas y organizaciones de derechos humanos advirtieron el viernes que podría limitar aún más la libertad de expresión y acabar con las protestas en un momento de creciente descontento en la isla.
El código, una versión modificada de las normas del país de 1987 aprobadas por el Cuban gobierno en mayo, afectará a periodistas, activistas de derechos humanos, manifestantes, usuarios de redes sociales y figuras de la oposición.
Los cambios se producen en medio de un descontento cada vez más profundo en Cuba producido por la agravación de las disaster y mientras el gobierno continúa imponiendo duras sentencias a los participantes, incluidos menores, en las históricas protestas de 2021 en la isla.
Entre algunos de los cambios se encuentran aumentos en las penas mínimas y penas de prisión por cosas como “desorden público”, “resistencia” e “insultos a los símbolos patrios”.
El nuevo código también establece categorías penales para los delitos digitales y establece que las personas que difundan en línea cualquier información que se considere falsa podrían enfrentar hasta dos años de prisión.
También prohíbe la recepción y el uso de fondos destinados a financiar actividades “contra el Estado cubano y su orden constitucional”, que según grupos de derechos humanos podrían ser utilizados contra periodistas independientes y grupos no gubernamentales. La condena podría traer de cuatro a ten años de prisión.
El gobierno ha descrito el nuevo código como “moderno” e “inclusivo”, señalando el endurecimiento de las penas por violencia de género y discriminación racial. Tras su aprobación, Rubén Remigio Ferro, presidente de la Corte Suprema de Cuba, dijo en la televisión estatal que el código no pretende reprimir, sino proteger “la paz social y la estabilidad de nuestra nación”.
Pero los grupos de vigilancia de los derechos humanos, muchos de los cuales no están permitidos en la isla, alertaron sobre el nuevo código el viernes.
“Este es claramente un esfuerzo por proporcionar una vía authorized para la represión y la censura y un esfuerzo de las autoridades cubanas por socavar el poco espacio cívico que existe en la isla e impedir la posibilidad de que los cubanos vuelvan a tomar las calles”, dijo Juan Pappier, investigador principal de Human Rights Watch en América Latina.
Pappier, junto con un informe de Amnistía Internacional, dijo que el código está “plagado de lenguaje demasiado amplio” que las autoridades cubanas podrían usar para castigar más fácilmente a la disidencia.
Cuba se ha enfrentado a importantes críticas internacionales por el trato a los manifestantes en las manifestaciones antigubernamentales de julio de 2021.
Un complete de 790 participantes de las protestas enfrentan procesamiento por sedición, ataques violentos, desórdenes públicos, robo y otros delitos, según las últimas cifras publicadas en enero por la Fiscalía Normal de Cuba.
Más de 500 están cumpliendo sentencias de prisión, según cifras de la organización opositora Justicia 11J, que defiende a los que están en juicio o cumplen sentencias de prisión en relación con las protestas.