
HAVANA TIMES – A mediados de noviembre se dio a conocer la llegada a Cuba de la séptima potencia flotante, contratada desde Turquía. Esta ha sido una noticia frecuente en los últimos meses y ha sido utilizada como un rayo de esperanza para el pueblo cubano que viene sufriendo un largo período de apagones. Sin embargo, los cortes de luz -sobre todo en el inside del país- son de ocho horas diarias, pudiendo incluso llegar a las 15 horas en algunas partes.
El Gobierno cubano insiste en tapar la mayor cantidad de información posible sobre el tema, calificándolo de asunto “estratégico”, pero se han hecho muchas preguntas.
El Toque ha resumido lo poco que se ha publicado sobre las potencias turcas y las condiciones de sus operaciones en Cuba.
¿Qué es una central eléctrica flotante?
Es un buque que dispone de uno o varios generadores de electricidad, bien sea de gasoline oil o de gasoline oil pesado (flamable residual generado durante la destilación del crudo con alto contenido en azufre), y es una alternativa más económica.
Las centrales eléctricas flotantes se transportan en barcos o barcazas de remolque. Suelen colocarse cerca de centrales eléctricas, estén activas o no, para aprovechar al máximo las subestaciones y redes de estas centrales, como Mariel y Tallapiedra en La Habana.
¿Cuándo llegaron las powerships a Cuba?
El contrato para “desplegar” las primeras powerships en el país fue firmado en octubre de 2018, entre Energoimport (empresa estatal cubana de equipos de generación, transmisión y distribución de energía eléctrica) y Karpowership (subsidiaria para operaciones navales de Karadeniz Holding), empresa grupo especializado en generación de electricidad, con sede en Estambul.
El acuerdo inicial contemplaba que tres de estas motonaves prestaran servicios durante 51 meses -poco más de cuatro años- alimentando 110 MW de potencia al Sistema Interconectado Nacional (SEN).
Los dos primeros powerships anclaron en la bahía de Mariel y se incorporaron a la SEN en junio de 2019. El resto se incorporó a la crimson cinco meses después.
Desde entonces, el contrato se ha renegociado dos veces: en noviembre de 2019, para aumentar la potencia a 144 MW; y en noviembre de 2021, cuando se aumentó la potencia pactada a 300 MW y se amplió la duración del contrato a 18 años. El 15 de noviembre de 2022 arribó a Cuba una nueva barcaza con una capacidad de generación eléctrica de 110 MW, que elevaría la energía contratada a 500 MW.
Cuando llegó la primera potencia a Cuba, otros nueve países -la mayoría de Asia y África- tenían contratos con la empresa turca; pero el país caribeño fue su primer cliente en América Latina.
¿Quién es Karpowership y cómo opera?
En la última década, Turquía se convirtió en un operador líder en este tipo de tecnología bajo Karpowership, un experto en “cortejar a los gobiernos desesperados por la electricidad”.
El Heart for Investigative Reporting “Ama Bhungane”, de Sudáfrica, atribuye esta frase a Orhan Karadeniz, director ejecutivo de Karpowership. Junto con Libia e Irak, Sudáfrica es uno de los principales clientes de la compañía, con la compra de 12.220 MW de electricidad en julio de 2021.
Desde 2011, la capacidad de la flotilla world de Karpowership prácticamente se ha sextuplicado, superando los 4.100 MW de potencia, con planes de agregar otros 4.400 MW en el futuro. Entre 2014 y 2019, sus ingresos pasaron de más de 400 millones a 1.100 millones por año, Ama Bhungane explica, quién pudo acceder a los extractos bancarios de la empresa.
El gobierno turco ha estado promoviendo activamente este crecimiento. “La empresa suele viajar a raíz de los viajes diplomáticos del presidente Tayyip Erdogan, actuando como una especie de paladín nacional con todo el respaldo político que eso implica”, añade la investigación periodística.
Así ocurrió en Libia, en mayo de 2020, cuando se anunció un acuerdo para aportar 1.000 MW tras el viaje de Erdogan a Trípoli, o en Haití, donde el líder turco y su homólogo Jovenel Moïse habían hablado por teléfono sobre la posibilidad de instalar flotadores centrales eléctricas, poco antes de su asesinato.
En 2018, Karpowership incluso intentó expandirse a mercados de países más desarrollados, con un acuerdo para dotar a Bélgica de 900 MW para compensar el déficit energético provocado por el cierre de uno de sus reactores nucleares. “El hecho de que las naves de poder de la compañía […] llegó a los puertos belgas dentro de los 20 días juega un papel importante en las negociaciones”, señaló la televisión nacional turca.
Según la información disponible en algunos países, Karpowership ha vendido flamable a las propias centrales eléctricas, obteniendo así un tercio de los ingresos de la empresa.
¿Por qué Cuba ha alquilado naves de poder turcas?
En primer lugar, por el tiempo. Se necesitan cuatro o cinco años de inversión para montar una termoeléctrica, explicó en junio el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel. “Por eso nos hemos volcado en los últimos dos años a las plantas móviles de generación eléctrica, un negocio donde alquilamos la barcaza e inmediatamente tenemos generación eléctrica. No es una inversión que requiere mucho tiempo”.
Las buenas relaciones bilaterales con Ankara son otra razón de peso para crear lazos más estrechos con Karpowership. Durante su último encuentro con Díaz-Canel, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, aseguró que dará “especial importancia a incrementar la cooperación y la solidaridad con Cuba”. Los objetivos inmediatos de su Gobierno son incrementar el comercio bilateral a 200 millones de dólares anuales y reforzar la presencia de Turquía en los sectores energético, turístico y agrícola de Cuba.

¿Cuánto cuestan los powerships turcos?
A falta de datos oficiales, cualquier estimación tiene que partir de valoraciones publicadas por la propia empresa. Después de consultarlos, CIR Ama Bhungane concluyó que en 2019, Karadeniz Holding había recibido un ingreso de 1.095 millones de dólares, por la producción de 4100 MW de las centrales eléctricas. En otras palabras, cada megavatio de energía generaba anualmente 267.000 dólares estadounidenses para la empresa.
De acuerdo con estos cálculos, la empresa podría estar cobrando a Cuba aproximadamente 106 millones de dólares anuales por su capacidad de generación eléctrica a la isla.
En el caso de Cuba, también tenemos como referencia el contrato firmado por la empresa turca y el Gobierno de Sudáfrica, que comprometía a Pretoria a pagar entre 550-990 millones de dólares anuales por el uso de 1220 MW de powerships. La diferencia en estas facturas proviene del nivel de desarrollo de estas plantas. Esto es para asegurar un ingreso “mínimo” para la empresa. Si Cuba se ajustara a estos aranceles, tendría que pagar entre 226 y 334 millones de dólares al año.
Por supuesto, Cuba podría estar pagando -o pagará en el futuro- parte del servicio de estas potencias con concesiones que han hecho en otros sectores de interés de la empresa turca.
¿Cuál es el impacto ambiental de estos powerships?
En noviembre de 2021, el director técnico del Sindicato Eléctrico, Lázaro Guerra Hernández, dijo Granma que la motonave presentada en Tallapiedra “cumple con todos los estándares ambientales en cuanto a emisiones de gases, ruido y posibles vibraciones”.
Su declaración pareció venir a aliviar las preocupaciones de la comunidad vecina, que históricamente ha sido víctima de la contaminación generada por la central “Otto Parellada”. La ventaja de la industria turca quedó demostrada en julio cuando la planta de Otto Parellada funcionó durante unos días, en medio de un ruido ensordecedor y una espesa columna de humo que se elevaba por los aires.
Las motonaves ancladas en Mariel están tan alejadas del área urbana que la población native ni siquiera puede percibir su impacto.
Sin embargo, la generación de electricidad con turbinas de diesel o gasoline oil, como las que utiliza Karpowership, es mucho más costosa en términos ambientales que una planta de energía o la generación de electricidad con turbinas de gasoline. Esto se comprobó en un estudio comparativo realizado en Cienfuegos, en 2014.
Hubo fuertes diferencias en variables como el calentamiento world y el uso de agua en comparación con la generación distribuida, especialmente porque utilizan combustibles que requieren un mayor grado de refinación industrial. La investigación no tuvo en cuenta el desempeño de las centrales que utilizan petróleo crudo -la central Carlos Manuel de Céspedes que opera con gasoline oil- que podría haber registrado una mayor ventaja con las generadoras de electricidad.
El impacto ambiental de las plantas de Karpowership todavía se está discutiendo en países como Sudáfrica, donde un tribunal decidirá a principios de 2023 si los barcos turcos pueden atracar en tres de los puertos del país. Los permisos habían sido congelados luego de que organizaciones ecologistas se quejaran de los efectos tóxicos de su actividad sobre la pesca artesanal y los ecosistemas marinos, además del impacto negativo sobre el cambio climático.
Hasta el momento, el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de Cuba (CITMA) no ha publicado un análisis del impacto de estas potencias turcas. Tampoco hay señales de que vayan a hacerlo en un futuro próximo.
En una situación en la que estas industrias son vitales para mantener la demanda de energía eléctrica del país, cualquier consideración que pueda entorpecer su funcionamiento parece inapropiada. Al menos, desde la perspectiva del Gobierno.
¿Cuánta electricidad están proporcionando las naves a motor turcas?
De acuerdo a a cubadebate, la electricidad generada por estas motonaves superó por primera vez los 400 MW una vez que llegó la séptima barcaza.
“En 2023 se espera que las centrales eléctricas flotantes suministren el 18-20 % de la generación eléctrica en Cuba”, según un reportaje de la TV Estatal de Cuba.
Sin embargo, para cubrir el precise déficit de generación eléctrica en horas punta -que oscila entre 900-1200 MW diarios-, Cuba necesitaría instalar al menos otras cinco o siete barcazas, pues la demanda hoy sigue estando por encima de la cantidad de electricidad que se está produciendo. generado.
Las potencias turcas son una alternativa rápida para aliviar la disaster energética que estamos viendo en el país hoy. Sin embargo, las preguntas sobre los contratos de arrendamiento y pago entre el Gobierno y la empresa turca aún han quedado sin respuesta.
Esto va de la mano con los riesgos de invertir en una solución a corto plazo que significará que se necesita más tiempo para invertir en el sector energético. Una inversión que ha caído más de un 4% entre 2018-2021, según la Oficina de Estadísticas de Cuba: del 11,44% al 7,2%.
El Gobierno anunció que necesitaría 200 millones de dólares, según sus cálculos, para reparar las centrales eléctricas existentes. Sin embargo, el presupuesto del sector energético se está gastando en powerships o equipos de generación distribuida. Esta estrategia a corto plazo podría brindar cierto alivio a los apagones actuales, pero no evitará que los apagones vuelvan a aparecer en los titulares en cualquier momento en el futuro cercano, tal como lo han hecho en los últimos 30 años. Aún se desconoce cómo el Gobierno cubano planea garantizar y desarrollar las principales fuentes de generación eléctrica del país.