Los traficantes han ideado nuevos métodos para distribuir las reservas de la droga, según un informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.
Según un informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
El aumento en la producción de cocaína es el aumento más pronunciado desde 2016 y se produce en medio de los esfuerzos de los poderosos cárteles de la droga sudamericanos para optimizar la eficiencia de los laboratorios de drogas.
“La pandemia fue un poco momentánea para la expansión de la producción de cocaína”, señaló el investigador de la UNODC Antoine Vella en comentarios publicados por The Guardian. Agregó que desde entonces “rebotado” a niveles más altos que antes de Covid-19. La demanda cayó en los últimos años debido al cierre de muchos bares y discotecas durante el confinamiento, explica el informe.
Los hallazgos sugieren que los cárteles se vieron obligados a idear métodos alternativos para distribuir la droga durante la pandemia después de que muchos vuelos internacionales se cancelaron y el tráfico vial estuvo fuertemente vigilado, lo que los obligó a almacenar la droga.
Varias incautaciones de drogas mostraron que los traficantes habían intentado disfrazar la cocaína en la distribución de artículos cotidianos, como aguacates en el inside e incluso mascarillas quirúrgicas. En un caso, dijeron las autoridades, los traficantes incluso descompusieron la sustancia en telas para eludir a las autoridades antes de reconstituirla en su destino remaining.
El informe agrega que los funcionarios del Reino Unido han observado una “aumento significante” en la incautación de cocaína entregada a través de los sistemas postales internacionales, así como a través de servicios de mensajería.
“No hay duda de que no hay límite para el ingenio de los traficantes”, Vella, mientras buscan mantener el suministro a Europa y América del Norte, regiones responsables conjuntamente de las tres cuartas partes del consumo mundial de cocaína.
Los cárteles también han establecido nuevas rutas para traficar y distribuir la droga mientras buscan evitar el escrutinio de los agentes antinarcóticos, particularmente en los mercados en desarrollo de Asia y África, según el informe. Puertos como los de Róterdam, Amberes y Hamburgo han cobrado importancia para la importación del narcótico, en comparación con los puntos de entrada tradicionales a Europa en España y Portugal.
La demanda mundial de la droga también ha llevado a un aumento del cultivo y la producción de coca en Bolivia, Perú y Colombia, donde, en este último país, la cantidad de tierra utilizada para producir arbustos de coca aumentó un 40 % en 2021 hasta un whole de 204.000 hectáreas.
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