Los historiadores han examinado hasta la saciedad lo sucedido el 10 de octubre de 1868 en el ingenio azucarero Demajagua, perteneciente al abogado y hacendado Carlos Manuel de Céspedes. Sin embargo, permanecieron durante mucho tiempo sin información respecto a lo ocurrido ese día. El informe redactado por Bartolomé Masó —lugarteniente de Céspedes—, aparecido poco después del 10 de octubre, ayudó decisivamente a esclarecer estos hechos. En dicho informe, titulado “Informe del pronunciamiento hecho en Demajagua, en Manzanillo, el 10 de octubre de 1868, y primer encuentro con las tropas españolas en Yara…”, se puede leer de puño y letra de Masó:
“Como a las 10 de la mañana estábamos como quinientos patriotas reunidos en ese central azucarero, mandado formar por el Normal en Jefe (sic) ¡se dio el Grito de Independencia! Izando el Estandarte que la simboliza, bajo el cual todos hicieron el solemne juramento de vencer o morir, antes que ver el suelo de la Patria pisoteado nuevamente por cualquiera de las tiranías. El Normal en Jefe reunió a sus esclavos y los declaró libres desde ese momento, invitándolos a ayudarnos si querían, a conquistar nuestras libertades; los otros terratenientes a su alrededor hicieron lo mismo con los suyos…”.
Gracias a este documento y otros testimonios, también se ha podido saber que los rebeldes permanecieron en Demajagua el resto de ese día y partieron en la madrugada del domingo 11 de octubre hacia Yara, donde libraron el primer encuentro armado con los españoles. efectivo. De ahí que el pronunciamiento se llamara durante mucho tiempo “Grito de Yara”, cuando en realidad debió llamarse “de la Demajagua”. Me imagino las presiones de ese sábado y hasta la llegada de los conspiradores al ingenio los días anteriores, 8 y 9 de octubre. Fue un escenario de mucho ajetreo, de salida y llegada de emisarios hacia y desde los demás conspiradores. , con vertiginosas acciones y preparativos, de discusiones entre los jefes sobre rumbos y acciones a seguir, así como otras cuestiones relacionadas con el contenido político y militar de la insurrección.
Allí se organizaron las tropas inexpertas que constituirían el destacamento inicial del Ejército Libertador; y el Manifiesto de la Junta Revolucionaria de la Isla de Cuba, se leyó nuestra declaración de independencia. También se mostró la pancarta que guiaría las acciones bélicas, además del gran gesto simbólico de Céspedes de otorgar la libertad a sus esclavos, al tiempo que los invitaba a luchar por Cuba. El amo les habló la noche del 9 de octubre y les pidió que tocaran la tumba francesa para celebrar lo que ya todos sabían que sucedería al día siguiente: la insurrección.
Pero, sin duda, hay algo que sorprende de manera explicit y entra en un terreno de absoluto misterio, hasta ahora. Resulta que en la edición del diario estadounidense Los New York Occasions, ese sábado 10 de octubre apareció en la sección de “Telegramas” la noticia sobre el levantamiento ocurrido en Cuba. Se publicó en forma de titular, sin más comentarios: “Reportado Declaración de Independencia de Cuba”. Así.


¿Cómo podría estar ese titular en la edición del diario norteamericano correspondiente al mismo día de los hechos? Mientras no aparezcan los datos aclaratorios al respecto, nos quedamos en el campo de las especulaciones. Una hipótesis podría estar relacionada con la posible precaución que tomaron los patriotas conspiradores de enviar la noticia días antes, a través de algún representante o agente en Estados Unidos, sabiendo que el levantamiento se produciría el sábado 10 de octubre.
Algunos hechos ayudan a pensar en esta hipótesis. El 6 de ese mes, el grupo de manzanillistas encabezados por Céspedes se reunió en el ingenio azucarero El Rosario de Jaime Santiesteban para determinar que el 14 de octubre se levantarían en las montañas contra el poder colonial. Holguineros, camagüeyanos y santiagueros no estuvieron de acuerdo con la fecha y pidieron tiempo para adquirir armas, pero presionados por Céspedes y los caciques tuneros finalmente aceptaron la decisión. Se adelantó la fecha del 14 cuando Céspedes recibió copia de un telegrama del Capitán Normal español en el que ordenaba la detención de los conspiradores, entre ellos él mismo. De esta forma, se decidió, con carácter de urgencia, la nueva fecha del 10 de octubre. En la reunión de El Rosario se levantó un acta que fue una verdadera declaración de independencia y que, frente al Manifiesto leído por Céspedes en la mañana del 10 de octubre, da la thought de que bien pudo ser su borrador.
Hasta el día de hoy no se ha podido saber cómo llegó esta noticia al diario estadounidense, lo que sí es comprobable es que Los New York Occasions publicó el titular que se puede ver en la imagen anterior y que, obviamente, solo podría aparecer si la primicia enviada al diario hubiera sido entre el 6 y el 9 de octubre, y no el mismo 10. Este novedoso dato apareció por primera vez en página 46 del libro Cuba en Estados Unidos, autoría de Emilio Cueto y Julio Larramendi, (editorial Polymita, 2018). Fue Cueto, diligente investigador de todo lo concerniente a Cuba en Estados Unidos, quien halló este dato sorprendente. Es entonces cuando surge la alerta ante un dato inesperado y totalmente inédito. Ojalá esa información pueda incentivar nuevas búsquedas y que algún día podamos tener el paquete completo sobre los hechos, causas e implicaciones.
Mientras la prensa estadounidense publicaba el titular el día del levantamiento, la prensa insular española lo publicaba el 13 de octubre. Según La Gaceta Oficialse había producido una insurrección en el oriente del país: “Según telegramas oficiales de Yara, jurisdicción de Manzanillo, el día 10 se levantó un grupo de civiles, sin que se supiera quién es el cabecilla que los comanda ni el objeto que los impulsa. .…” Como puede verse, el nombre de Yara y no Demajagua es el que utiliza el diario.
El resto es bien conocido. En Yara, los patriotas sufrieron su primera derrota, en un breve enfrentamiento que produjo las primeras bajas —en ambos bandos— de la guerra, y Céspedes ordenó la retirada en vista de que los españoles habían llegado primero a la villa y ocupaban posiciones defensivas ventajosas. posiciones. La retirada se dirigió a Palmas Altas, donde se encontraron con otras tropas sublevadas y donde se reestructuró el incipiente Ejército Libertador; Bartolomé Masó también tuvo allí cierta tranquilidad para redactar su informe. De allí se dirigieron a Bayamo, que fue ocupada después de tres días de encarnizados combates, el 20 de octubre, lo que permitió a Céspedes establecer la capital de la insurrección durante ochenta y tres días.
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Nota:
1 El documento escrito y firmado por Bartolomé Masó consta en el Boletin del Archivo nacionalesLa Habana, 1956, t LIII, pp 142-45 y t LIV, pp 151-52.