
MADRID, 06 sep (IPS) – Tanto los principales medios de comunicación como los organismos internacionales y los defensores de los derechos humanos siguen denunciando acertadamente los abusos inhumanos de los talibanes contra los derechos fundamentales del pueblo afgano, en explicit de mujeres y niñas.
Al hacerlo, utilizan un vocabulario comparable, diciendo que desde que los talibanes “tomaron el poder” el 15 de agosto de 2021 todo se ha derrumbado. ¿No debería ser más exacto decir que el poder les fue “entregado” “a sabiendas” por los Estados Unidos de América luego de las negociaciones entre las dos partes bajo la administración de Donald Trump?
Otras declaraciones hablan de cómo el régimen de los talibanes ha borrado en apenas unos meses de un plumazo todos los “grandes logros” obtenidos durante 20 años de ataques militares masivos de Estados Unidos y sus aliados contra la población desarmada de Afganistán.
¿Ha sucedido todo esto en tan solo 12 meses?
¿Cómo es que los talibanes lograron en solo unas semanas empujar la economía de Afganistán a una “caída libre” según lo definido por el Coordinador de Ayuda de Emergencia de la ONU?, ya en diciembre de 2021 –¿eso es solo cuatro meses desde que se les entregó el poder?
¿Cómo es que en tan relativamente poco tiempo los talibanes han arrojado al hambre a 23 millones de personas, alrededor del 60% de la población complete?
¿Han empujado en un año a más de 6 millones de afganos a países vecinos como Pakistán e Irán?
Entonces, ¿cómo es que “Más de un año después de la toma del poder por parte de los talibanes, aproximadamente 24,4 millones de personas, el 59 por ciento de la población en Afganistán, dependen de la ayuda internacional y el socorro de emergencia en su vida cotidiana”, como fijado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM)?
“Desde agosto de 2021, casi todos los afganos se han sumido en la pobreza y el país enfrenta el riesgo de un colapso sistémico”, afirma la OIM.
Agregue a esto los llamamientos dispares reiterados de la ONU para obtener fondos para brindar asistencia “salvadora” a 21 millones de afganos o el 50% de la población complete.
Por cierto: ¿no fue Estados Unidos quien ayudó, financió –y armó– a los antecesores “moderados” talibanes, durante los años 70 y 80, para expulsar a las tropas de la Unión Soviética de Afganistán?
¿No sabían EE.UU. y sus aliados que los “señores del narco” en Afganistán, el mayor productor de opio del mundo, también han estado proporcionando dinero y armas a los talibanes a cambio de protección?
Operación Libertad Duradera”
Cualquiera que sea el caso, la narrativa de la guerra afgana también debería recordarnos otros “grandes logros” logrados durante las dos décadas de duración de la operación “Libertad Duradera” lanzada contra este país por el entonces presidente estadounidense George W. Bush y sus aliados.
¿Realmente esta Operación Libertad Duradera ha traído alimentos, salud, educación, seguridad, democracia, estabilidad… y libertad?
Independientemente de los argumentos utilizados para “justificarlas”, las guerras también son un “buen” negocio.
De hecho, se han probado nuevas armas; se perfeccionaron los drones asesinos, se redujeron las bajas de las tropas; los ejércitos privados totalmente equipados obtuvieron grandes ganancias, al igual que la gigantesca industria armamentística. Y el concepto estratégico de “guerra contra el terror” definitivamente se ha asentado.
Otro trofeo de guerra subestimado
De todos modos, parece que hay otros “grandes logros” que no se informan. Uno de ellos parece ser el tesoro de Afganistán de preciosos recursos minerales que necesita el negocio de la tecnología y la guerra.
Solo vea esto: el informe oficial de 2019: Hoja de Ruta del Sector Mineropublicado por el Ministerio de Minas y Petróleo de Afganistán, y presentado por el entonces presidente afgano Mohammad Ashraf Ghani, afirma, entre otros hechos, lo siguiente:
– Afganistán tiene recursos minerales “extensivos”ubicadas en todas las provincias del país;
– Afganistán tiene depósitos de clase mundial de hierro, minerales, cobre, oro, minerales de tierras raras y una gran cantidad de otros recursos naturales… Y petróleo y gasoline;
– Otros minerales incluyen aluminio, piedras preciosas; plomo, zinc, mercurio; cromita; azufre; hidrocarburos; amianto; mármol, lapislázuli, esmeraldas y rubíes; …
– Afganistán tiene más de un billón de dólares en recursos minerales;
– Afganistán “deber’aprovechar la experiencia de los “sector privado” para aprovechar el potencial de su sector minero, destaca el informe oficial.
Este informe oficial del gobierno afgano se publicó en 2019, es decir, cuando Estados Unidos y sus aliados aún gobernaban el país.
Demasiadas preguntas sin respuesta
Basta con echar un vistazo a lo que un brillante analista y Premio Nobel de la Paz, John escalas Averyescribió en su reciente artículo de lectura obligada: Ganar dinero con la guerra.
“Si el objetivo de la ‘Guerra contra el Terror’ hubiera sido librar al mundo de la amenaza del terrorismo, actos como el asesinato ilegal con drones habrían sido contraproducentes, ya que crean muchos más terroristas de los que destruyen”, dijo Scales Avery, presidente tanto del Danish Nationwide Pugwash Group como de la Danish Peace Academy.
“Pero dado que el objetivo actual es producir un estado de guerra perpetua, aumentando así las ganancias del complejo militar-industrial, tales métodos son los mejores imaginables. Orinar sobre cadáveres afganos o quemar el Corán o incursiones nocturnas asesinas en viviendas de civiles también ayudan a promover el objetivo actual, la guerra perpetua”, dijo Scales Avery.
Volvamos ahora a los recursos minerales de Afganistán por valor de más de un billón de dólares, aquellos que son muy requeridos por el gigante tecnológico y otros negocios: ¿sería demasiado ingenuo conectar los puntos?
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